La prensa vallisoletana se hacía amplio eco ayer de la puesta en marca de la llamada “red de calor” instalada el campus universitario de Valladolid, acontecimiento muy celebrado en el que el rector, Daniel Miguel, se vio honrado con la presencia, entre otras dignísimas autoridades, de los consejeros de Fomento y Medio Ambiente, Juan Carlos Suárez Quiñones, y de Educación, Fernando Rey. Y sin duda constituye una buena noticia que 26 edificios ubicados en dicho campus dispongan a partir de ahora de calefacción y agua caliente a través de un sistema energético abastecido por biomasa forestal, con la consiguiente reducción de las emisiones de CO2.
Las informaciones publicadas por los distintos medios explicaban con bastante detalle, en algún caso con profusión de datos, las características del proyecto, así como la inversión que ha conllevado, superior a los cinco millones de euros, y su financiación por parte del Banco Europeo de Inversiones y del FEDER. Lo que le ha llamado la atención a “El topillo” es que en ninguna reseña se citara ni al organismo que ha adjudicado la obra ni a las empresas que se ha ocupado de ejecutarla. Una omisión ciertamente sorprendente. O quizá no tanto.
El proyecto en cuestión fue adjudicado hace un par de años por SOMACYL, la empresa pública adscrita a la consejería de Fomento y Medio Ambiente y de la que es consejero-delegado el director general de Calidad y Sostenibilidad Ambiental, José Manuel Jiménez Blázquez. Y la adjudicataria fue una UTE integrada por las empresas Reby y Confely, esta última la multinacional francesa implicada hasta las trancas en la “operación Púnica”.
Por su parte, Reby, mayoritaria en dicha UTE, forma parte del mismo grupo empresarial soriano al que pertenece Amatex, la empresa que instaló por cuenta de la Fundación del Patrimonio Natural de Castilla y León (asimismo adscrita a la consejería de Fomento) la célebre pasarela de Benavente que se desplomó con estrépito en la madrugada del 16 de marzo de 2013. De hecho, ambas empresas comparten el mismo apoderado, casualmente hermano del director de dicha Fundación, de la que a su vez es patrono el mencionado Jiménez Blázquez, antiguo número dos de la ex consejera María Jesús Ruíz hasta que Medio Ambiente y Fomento se fusionaron en una sola consejería.
Quizá ello explique que en la información oficial facilitada por la Junta sobre la puesta en marcha de esta “red de calor” se omitiera cuidadosamente cualquier mención a las empresas adjudicatarias. ¿O no?
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